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23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiesa al Hijo tiene también al Padre.

24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

25 Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna.

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